Todo lo que se pueda estudiar en metafísica, las meditaciones o prácticas que se puedan hacer en una Escuela Iniciática o incluso en la vida, sirve de muy poco si no hay un trabajo sobre sí. Si no se hace esto, es engañarse a sí mismo. Y en este camino metafísico hay mucha gente que se engaña toda la vida. Leen y estudian mucho, conduciendo a una intelectualidad, a llenarse de conocimientos y creer que eso es sabiduría.
Hay que estar en un trabajo permanente sobre sí. La retrospección es una práctica diaria que nos permite darnos cuenta de lo que hemos hecho y cómo podemos mejorar nuestras acciones, sentimientos y pensamientos. Al menos hacerla cada cierto período, es una gran ayuda en la observación de sí.
Conviene estar de vez en cuando un breve tiempo retirado sobre sí. Esto permite un mejoramiento constante. Y es necesario también marchar por la vida con una lámpara que ilumine el camino y traiga más luz a quien quiera recibirla o a quien pueda necesitarla.
Si alguien no está haciendo un trabajo sobre sí, de completarse o perfeccionarse, si no sirve de orientación, si no le alivia la vida a los demás, creo que no tiene para qué estar viviendo, realmente está un poco muerto. Es sólo alguien que se dedica a satisfacer sus necesidades básicos, viviendo con lo esencial y primitivo, ocupado de las satisfacciones primarias. Todavía la mayoría de la humanidad se autocomplace en una vida muy primaria.
Para despertar como ser espiritual hay que hacer este trabajo sobre sí, para estar en armonía, para contrarrestar con las fuerzas antagónicas de la naturaleza, buscando el equilibrio del camino del medio.
El trabajo sobre sí es una superación constante. No hay que sufrir porque se está con defectos, sino que ser feliz por tener una terea a realizar y superar las deficiencias paso a paso. Es el sentido de ser seres espirituales, mucho más que un animal.
Un animal no puede hacer algo así ya que no tiene la capacidad de hacer una observación de sí mismo, no es capaz de reflejarse ni contemplarse. Y por lo tanto actuará toda la vida de una misma forma.
Nosotros estamos dotados de la cualidad de reflexión y si la tenemos es para usarla. No tendría sentido que si tenemos brazos dudemos si tenemos que utilizarlos.
No tendríamos una lámpara de noche para ponerla debajo de la cama. La ponemos sobre una mesita para iluminar porque para eso es. Esto quiere decir que el conocimiento es para compartir, para servir, para guiar, para orientar.
Esto le da sentido a la vida.
Cada uno elegirá si despierta y vive o sigue como un “bípedo implume”.
Serval D-F.
Me gusta la mirada hacia una objetiva positividad ante la vida, destaco el punto que no hay que sufrir por tener defectos sino estar feliz por tenerlos como desafío para superar.
ResponderEliminarGracis por recordarnos que inspiración es para ser compartida, que la lámpara esté siempre iluminando nuestro camino. Mientras más luz damos más recibimos.